5 de noviembre de 2007

Ojos vendados, relato de quien dejo de creer

Ciego, caminando sin rumbo alguno por esta tierra es como me encuentro, perdido en el olvido de unos cuantos, sobrevivo en la memoria de aquellos para quienes son importantes para mi, con un corazón hecho pedazos por los azotes de la soledad, corazón que reparto en trozos entre aquellos que lo merecen, mi alma ya se encuentra hecha cenizas por la flama de mi creciente odio hacia la humanidad.

Alucinaciones, la locura, mi paranoia me tienen en una terrible ilusión a la que llamo vida, cubriéndome solo en una desquebrajada burbuja de paz y aparente calma que se esfuma en la sofocante desesperación de no poder retirar de mis ojos esta ignorancia, la ignorancia de creer aun en la esperanza de encontrar la felicidad en el amor.

¿Esperanza? Su luz se ha apagado para mí en este mundo.
¿Felicidad? Ha sido asesinada por el mi constante dolor.
¿Amor? Fue veneno en toda mi vida.
¿Muerte? La única luz al final del camino.

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