Su retrato, una mujer envuelta en halo de tristeza,
esa es ella, sentada cada mañana frente a la ventana
con una mirada perdida, llena de melancolía,
en la espera de un amor que jamás pudo olvidar.
Pasa sus días mirando hacia la lejanía, inmóvil,
dicen que sus lagrimas nunca dejan de correr,
dicen que su sonrisa hace tiempo la abandono,
eso dicen las voces de quienes observan su quebranto.
Y cuando miro el rostro de esa mujer,
algunas arrugas no la dejan mentir,
esas sombras bajo sus ojos la delatan,
es el retrato de aquella que olvidó como ser feliz.
La mujer que no perdona al corazón,
la que siempre cautiva mi mirada,
mantiene aprisionados mis pensamientos,
a quien la belleza nunca olvidó.
Dejo una nota bajo su puerta cada noche,
la escribo mirando su delicada figura, soñando,
nuestras miradas se enreden en una sola
y vea al que pasa sus horas frente a su ventana.
Gritando su obsesión por atraer su mirada
a quien jura, hasta el ultimo respiro,
amarla día a día para hacerla olvidar
y devolver la sonrisa hace tanto robada.
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