23 de febrero de 2008

Dama de la noche


Belleza y elegancia encarnadas en una mujer,
tu piel, blanca como la nieve, tan suave como la seda,
delicada como una rosa,
delirio tu cuerpo en mis noches de soledad,
esperando impaciente llegue la hora de dormir
para soñarte una vez mas,
para volverte a tocar, volverte a abrazar,
para volverte a besar una vez mas.

Hermosa musa, divina como ninguna otra,
súcubo de mis sueños,
me visitas con tu anhelo de deseo, de pasión,
me visitas buscando una noche de lujuria y placer.

...yaces en mi cama, recostada a mi lado
inmutado por tu delicadeza y perdido en tu belleza,
tus labios, rojos como la sangre, ardiendo en pasión me llaman,
me llaman a besarte, a probar el néctar de tu ser,
me llaman a ti una vez mas, me llaman como cada noche.

Deseo este momento nunca termine, para apreciarte eternamente,
devoto a ti como si fueses una diosa, mi ángel de seducción,
haces mi corazón arder en llamas, con el fuego de tu pasión
y solo te pido un deseo, no quemes mis sentimientos,
que no termine hecho cenizas mi corazón.

Solo una noche, solo un momento, eterno para mí,
atesorare este encuentro, hermoso y letal,
con el riesgo de vivir mi ultima noche sólo por ese placer,
me entrego a ti, dejando mi vida a tu merced
sabiendo que sólo por eso moriré,
al sentir tus manos tan suaves, delicadas, ir hasta mi cuello,
nublado por el gozo me resigno a mi final.

Al llegar a la cumbre del orgasmo,
siento irse mi ultimo aliento y con él mi vida,
dejando que la oscuridad me rodee
alzo la mirada y solo alcanzo a ver tu rostro
esbozar una ligera sonrisa en tus labios,
mientras caigo en esa total oscuridad y silencio.

Despierto, desesperado por ver que ya no estas ahí,
llega un ligero sentimiento de alivio, que no comprendo,
puesto que a pesar de que sólo fue un sueño,
es un sueño que desearía, a pesar de que mi vida perdiera
fuese una eterna realidad.

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